Podemos plantear que el objetivo final de la investigación es un bien para el hombre, ya que se trata de investigar productos, para desarrollarlos desde cero, como podrían ser las vacunas, o una vez se tiene el producto, testar sus efectos antes de sacarlo al mercado.

Al contrario de lo que la mayoría de la población cree, en la actualidad, la mayoría de experimentos con animales NO se realizan con finalidades estrictamente médicas, sino militares, como probar gases tóxicos o la capacidad de destrucción de nuevas armas, aunque debido al secreto de Estado se conoce muy poco sobre ellos.

A la experimentación militar le sigue la experimentación con finalidades comerciales. Esta implica la experimentación de cosméticos y maquillajes, productos parafarmacéuticos y de higiene personal, protectores solares, dentífricos, detergentes de uso doméstico e industrial, herbicidas, pesticidas, fertilizantes, pinturas, disolventes y barnices, tabaco, conservantes alimenticios, colorantes alimenticios y para otros usos, potenciadores de sabores artificiales para bebidas y alimentos modificados, comida para mascotas, alimentos modificados o transgénicos, etc.

Sí que es cierto que todos los experimentos tienen la intención de comprobar cómo afectan diferentes productos a los organismos, por lo cual podrían considerarse investigaciones médicas. Sin embargo, la aplicación final de las investigaciones es el desarrollo tanto de vacunas y medicinas como de otros muchos productos.

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